domingo, 9 de noviembre de 2014

Adiós al sujetador, objetivo lucir escote y más...

Un 3 de noviembre de 1914, Mary Phelps Jacobs, patentó el primer sujetador a la edad de 19 años. Harta de las incomodidades del corsé, juntó dos trozos de tela con dos cintas de su prenda envarillada y lo comercializó. Alabado por la comunidad y denostado como símbolo de opresión a partes iguales, porta el estandarte del erotismo por excelencia. Y es que el sostén forma parte de nuestra historia. Una historia que empieza a resquebrajarse en pro de los escotes prominentes, las espaldas descubiertas, y el marcar e insinuar antes que enseñar.



Se trata de la provocativa tendencia del braless y el sideboob, anglicismo equivalentes a ‘fuera sujetador’. Vamos, lo que en mi casa llamamos ‘ir en plan comando’.




Si lo nuestro son los vestidos que muestren el lateral de los pechos sin que se vea el pezón, tal y como hizo Sharon Stone en el Festival de Cannes, con un espectacular traje rojo, somos más del sideboob. Una apreciación para las osadas, la delgada línea entre insinuación y descaro es muy fina. En las altas esferas consiguen que las prendas no se muevan ningún milímetro con tiras adhesivas de dos caras que se colocan en los bordes de la ropa; vamos, un intríngulis de escena desvelado que quita todo el glamour a la foto.




Si por el contrario somos más de escote extremadamente pronunciado, estaremos decantándonos por el braless. El problema, puedes acabar como un palo. Ir sin sujetador de pie es controlable, espalda recta y manos en los bolsillos para mantener todo en su sitio. Pero, ¿qué pasa si nos sentamos?, manos en el regazo para evitar que la prenda se abra y deje al descubierto más de lo esperado. Todo un circo...




Un riesgo que más de una no estamos dispuestas a correr, porque ya sólo pensar en velcros debajo de la ropa, en postureos, en estar rígida como el palo de una escoba y encima mantener una conversación o cenar... ¡estresa!

Buen empiece de semana!!!!

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