lunes, 3 de noviembre de 2014

El traje sin bolsillos que evita la corrupción

“Pongamos de moda la honestidad”, una frase fácil que la Sastrería Robert, una cadena de tiendas de Paraguay ha hecho suya. Su propietario, Roberto Espínola, harto de las idas, venidas, tejemanejes y escándalos de los políticos de turno de su país, no se ha quedado de brazos cruzados y ha diseñado una colección con una campaña que viste a los hombres sin bolsillos, tanto en los pantalones como en las americanas.




El desencadenante de la curiosa iniciativa de esta firma, con más de 70 años a sus espaldas, fue el caso del diputado José María Ibáñez, procesado por cobrar salarios del Estado a nombre de tres empleados  de su hogar cuando desviaba el dinero del Congreso para pagar sus sueldos. Todo un soniquete no lejano diario de cuentas en Suiza, Andorra, cuentas B, tarjetas Black, al que por aquí nos hemos acostumbrado. Tras un “esto no volverá a ocurrir, me he equivocado” a la paraguaya, “fue un error humano”, Ibáñez quiso subsanar su equivocación ofreciendo donar 45.000 dólares (unos 36.000 euros) a dos hospitales públicos. Una estrategia poco convincente para una población harta de pedir justicia y oír un mea culpa interesado del diputado para evitar juicio.



La colección que toma el nombre del procesado, Ibáñez, está recibiendo gran cantidad de pedidos de una casa que habitualmente viste a las altas esferas, a las delegaciones paraguayas que viajan al exterior, a la selección deportiva nacional y a figuras prominentes de todos los sectores, y que ha declarado la guerra a este político, el cual es persona no grata y tiene prohibida la entrada a cualquiera de sus tiendas de la cadena.



De hecho, prevén lanzar un traje de mujer al que llamarán Lady Ibáñez, en referencia a la mujer del legislador, también implicada en el último escándalo de corrupción.  

Y hablando de corrupción, la anédota la dejamos aquí!!!


No se trata de un juego de encuentre las diferencias, porque no las hay. Dos imágenes iguales para dos momentos y un mismo tema, Francisco Granados. La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, protagonizó la anécdota al vestir la misma ropa y broche tanto en febrero cuando acudió a la televisión para criticar la cuenta en Suiza del senador, como el pasado lunes cuando admitió su parte de culpa por confiar en el político que a día de hoy duerme en prisión por blanqueo de capital y fraude entre otra retahíla de cargos. Casualidad, ninguna!!!! 



A ver si alguno de aquí se anima a la iniciativa. El problema es que tendríamos que hacer una consulta popular para saber a quién elegimos como Mister y Miss Corruptos, porque la lista es más que larga y los cargos no son sólo como para coser los bolsillos, sino también las manos.

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